CONCLUSIONES
TEMA: A PROPÓSITO DE LENIN, POLÍTICA Y SUBJETIVIDAD EN EL CAPITALISMO TARDÍO
AUTOR: SLAVOJ ZIZEK
TEMA: A PROPÓSITO DE LENIN, POLÍTICA Y SUBJETIVIDAD EN EL CAPITALISMO TARDÍO
AUTOR: SLAVOJ ZIZEK
1. El Estado y la Revolución es estrictamente correlativo de esta experiencia conmocionante de 1914, el profundo compromiso subjetivo de Lenin es claro, extrema y el corazón mismo de la utopía leninista surge de las cenizas de la catástrofe de 1914. Esto no era para Lenin ningún proyecto teórico para algún futuro distante en octubre de 1917, Lenin declaró que “podemos poner en seguida en movimiento un aparato estatal constituido por diez, sino veinte millones de personas. Esta vigencia de momento es la verdadera utopía
2. Lo que debería valorarse es la locura, de esa utopía leninista y si significa el estalinismo representa un retorno al “sentido común” realista. Es difícil sobreestimar el potencial explosivo de el Estado y La Revolución.
3. “La tesis de abril” de Lenin lejos de ser un oportunista adular y explotador del humor prevalente del populacho, las opiniones de Lenin eran altamente idiosincrasias.
4. La respuesta de Lenin no es la referencia aun conjunto (enunciado una década) diferente de “hechos objetivos”, sino la repetición del argumento enunciado una década atrás.
5. Es cierto que la izquierda de hoy en día está atravesando una experiencia devastadora del fin de toda una época de movimiento progresista, una experiencia que la obliga a reinventar las coordenadas básicas de su proyecto; sin embargo, una experiencia exactamente homóloga fue la que dio origen al leninismo.
6. Lenin llegó a pensar que el número de Vorwaerts, el diario de la socialdemocracia alemana, que informaba de cómo los socialdemócratas habían votado en el Reichstag a favor de los créditos militares, era una falsificación de la policía secreta rusa destinada a engañar a los obreros rusos. En aquella época del conflicto militar que dividió en dos al continente europeo, ¡qué difícil era rechazar la idea de que había que tomar partido en este conflicto y luchar contra el “fervor patriótico” en el propio país! ¡Cuántas grandes cabezas (incluida la de Freud) sucumbieron a la tentación nacionalista, aunque sólo fuera por un par de semanas!
7. del desfase entre 1789 y 1793 en la Revolución Francesa– es precisamente el espacio de la intervención única de Lenin: la lección fundamental de materialismo revolucionario que nos da es que la revolución debe golpear dos veces, por motivos esenciales. El desfase no es simplemente el desfase entre forma y contenido: en lo que falla la “primera revolución” no es en el contenido, sino en la forma misma, sigue atascada en la vieja forma, en la idea de que la libertad y la justicia pueden lograrse simplemente haciendo uso del aparato estatal ya existente y de sus mecanismos democráticos.
8. En sus escritos de 1917, Lenin reserva su ironía mordaz suma para quienes se meten en la búsqueda sin fin de algún tipo de “garantía” de la revolución; esta garantía adopta dos formas fundamentales: bien la noción reificada de Necesidad social (uno no debería arriesgarse a la revolución demasiado pronto; hay que esperar el momento adecuado, cuando la situación esté “madura” con respecto a las leyes del desarrollo histórico: “es demasiado pronto para la revolución socialista, la clase obrera todavía no está madura”), bien la legitimidad normativa (“democrática”: “la mayoría de la población no está de nuestro lado, así que la revolución no sería realmente democrática”), tal y como lo expresa Lenin repetidas veces, es como si el agente revolucionario, antes de arriesgarse a tomar el poder estatal, debiera obtener el permiso de alguna figura del gran Otro (organizar un referéndum que establecería que la mayoría apoya la revolución).
9. Con Lenin, al igual que con Lacan, la revolución ne s’autorise que d’elle-meme (sólo se autoriza por sí misma): se debería asumir el acto revolucionario sin la cobertura del gran Otro –el miedo a tomar el poder “prematuramente”, la búsqueda de garantías, es el miedo al abismo del acto. En esto reside la dimensión fundamental de lo que Lenin denuncia sin cesar como “oportunismo” y su envite es que el “oportunismo” es una postura que es de suyo, inherentemente, falsa y que oculta el miedo a efectuar el acto tras la pantalla protectora de hechos, leyes o normas “objetivos”.
10. Tenemos aquí dos modelos, dos lógicas incompatibles, de la revolución: los que esperan el momento teleológico maduro de la crisis final en el que la revolución estallará “a su debido tiempo” por la necesidad de la evolución histórica; y los que son conscientes de que la revolución no tiene un “debido tiempo”, los que perciben la oportunidad revolucionaria como algo que surge en los propios periplos del desarrollo histórico “normal” y que hay que aprovechar. Lenin no es un “subjetivista” voluntarista, en lo que insiste es en que la excepción (el conjunto extraordinario de circunstancias, como las de Rusia en 1917) ofrece una vía para socavar la propia norma.
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